Joel-Peter Witkin, uno de los grandes fotógrafos contemporáneos que, sin duda, no deja indiferente los espectadores de su arte, pues en sus composiciones y estéticas macabras, trata temas como el sexo, el dolor y la muerte.
La obra de Witkin se caracteriza por su estética de lo grotesco y la deconstrucción de las formas del arte, influenciado por artistas como Pablo Picasso, Diego Velázquez, Guiotto y Joan Miró, así como la tradición del siglo XIX de hacer pinturas o retratos de los seres queridos post mórtem, para mantenerlos como un recuerdo amoroso hacia los que se habían ido. Según el propio Witkin, su particular visión y sensibilidad provienen de un episodio de su infancia, cuando presenció un accidente automovilístico en el que la cabeza decapitada de una niña cayó a sus pies.
- Las meninas de Diego Velázquez
- Reinterpretación de Joel-Peter Witkin
Su uso de modelos “marginales” o alternativos (cadáveres, personas mutiladas o con deformaciones), ha sido objeto de crítica y censura en diferentes recintos por sus temas tabúes y la estética imperfecta de su composición.
En el periodo comprendido entre 1961 y 1964, se desempeñó como fotógrafo en la guerra de Vietnam, capturando para la posteridad uno de los conflictos bélicos más sangrientos desde la primera línea, dando una opinión sobre el contraste de la violencia en los cuerpos vivos y muertos.
“He consagrado mi vida a cambiar la materia en espíritu con la esperanza de que algún día lo vea todo. Viendo en su forma total, mientras usa la máscara, desde la distancia de la muerte.
Y allí, en el destino eterno, buscar el rostro que tenía antes de que se hiciera el mundo”.