El término luz parásita se refiere a aquella luz que entra en nuestro objetivo o lente de manera no controlada, creando círculos luminosos y resplandores dentro de nuestro encuadre, lo que puede afectar a nuestra composición fotográfica.
Se presenta en la mayor parte de fotografías con un grado mínimo e imperceptible, esto se debe a que los cristales de la cámara pueden reflejar a la luz dentro del objetivo de manera descontrolada, dispersando y creando halos, ya que cuando capturamos una fotografía solemos jugar con diferentes niveles de luminosidad, de manera natural o artificial.
Uno de los factores que pueden intensificar a la luz parásita, es que el espejo o los cristales del lente contengan polvo, grasa o incluso rayones. Por eso es importante contar con un equipo en óptimas condiciones y contar con algún tipo de filtro adicional para proteger el lente.
Este fenómeno no es necesariamente una desventaja en la fotografía sino que puede convertirse en una herramienta para crear nuevos tipos de composiciones, o incluso hacer resaltar ciertos elementos dentro del encuadre.